EL BIG BANG, LA IGLESIA CATOLICA Y EL PADRE JESUITA GEORGES LEMAITRE
(noviembre 2018)
Por Jaime Santillana y Julia Salinas de Santillana
Ingenieros Químicos (UNI-Perú) M.S.in ChE (University of Wisconsin Madison y University of Illinois at Urbana Champaigne)
www.ssecoconsulting.com
RECOMIENDAN RENOMBRAR LEY HUBBLE PARA INCORPORAR EN DICHA LEY AL SACERDOTE JESUITA QUE PROPUSO TEORIA DEL BIG BANG
(Tomado de la página web de la Unión Astronómica Internacional IAU https://www.iau.org/news/pressreleases/detail/iau1812/)
UNA INTRODUCCION DE LOS AUTORES
Hace algunos años los autores prepararon una presentación en power point denominada Medio Ambiente e Iglesia Católica, en la que se presentaron las siguientes transparencias.
UNA INTRODUCCION DE LOS AUTORES
Hace algunos años los autores prepararon una presentación en power point denominada Medio Ambiente e Iglesia Católica, en la que se presentaron las siguientes transparencias.
Hasta aquí llegaron los autores, las transparencias se usaron internamente en un curso para alumnos de primer año en ingeniería química de la Universidad Nacional de Ingeniería hasta el al año 2011.
DETALLES DE LA OBRA CIENTIFICA DEL PADRE LEMAITRE
Se puede dejar que los mismos Jesuitas expliquen quien fue el Padre Georges Lemaitre, sacerdote jesuita, transcribiendo el post titulado: “Olvidado jesuita es el verdadero padre del Big Bang” publicado en setiembre 2013 en el blog Infiltraciones Jesuitas (Ver http://infiltracionesjesuitas.blogspot.com/2014/01/olvidado-jesuita-es-el-verdadero-padre.html).
“Georges Lemaitre se enfrentó a Einstein, quien terminó apoyándolo y reconociendo “la partícula de Dios”
La edad del Universo, fijada en 13.700 millones de años, habría sido imposible de establecer por la ciencia en tan corto tiempo de no ser por la teoría del Big Bang, la Gran Explosión, del astrónomo y sacerdote belga Georges Henry Lemaitre, quien esbozó esta visión revolucionaria entre 1927 y 1931.
Todo el mundo tiene referencias de Galileo, Newton y Einstein o por citar en nuestra época a Carl Sagan y Stephen Hawking, pero pocos han oído hablar de Lemaitre, el pionero de las teorías actuales sobre el origen del universo, quien llegó a este camino no por razones religiosas, sino buscando explicar la expansión de las galaxias.
Paradójicamente, su teoría fue designada peyorativamente como Big Bang por el astrónomo británico Fred Hoyle con el ánimo de ridiculizarlo, sin imaginar que ese nombre pasaría a la posteridad como la clave en la búsqueda del origen del universo.
La teoría del Big Bang se atribuye generalmente a Albert Einstein, quien fue el principal detractor de Lemaitre hasta que, años después, comprobó que el religioso belga había acertado en los cálculos astronómicos, de alta complejidad, y juntos profundizaron las investigaciones.
EL UNIVERSO EN EXPANSIÓN
La aventura científica del sacerdote jesuita empezó cuando el astrónomo estadounidense Edwin Powell Hubble (1889-1953) descubrió corrimiento al rojo de galaxias distantes, lo que significaba que se alejaban y, por lo tanto, no existía un Universo estable.
Sus estudios lo llevaron a señalar que la totalidad del universo comenzó a partir de un solo “átomo primigenio”, lo que constituye la primera versión de lo que ha llegado a ser la teoría actual del Big Bang.
Einstein menospreció el modelo de Lemaitre, como hizo con todos los modelos en los que el universo se expandía, pero el religioso belga lo demostró, basándose en la ley universal de la termodinámica y el principio de la entropía, por lo que al final tuvo que admitir que podía tener razón.
Su hipótesis no fue bien recibida por la comunidad científica, debido a que en esos momentos casi todas las teorías sobre el movimiento celeste defendían la concepción de un universo inmutable y eterno.
GRAN EXPLOSIÓN DIVINA…
El trasfondo del debate era que la idea de una Gran Explosión como origen del universo se rechazaba porque, de acuerdo con los genios de la astronomía, era una estrategia de Lemaitre para introducir la creación divina en la ciencia.
No se discutía si la hipótesis del átomo primitivo era una intuición física o más bien una teoría rigurosamente elaborada: se la rechazaba frontalmente.
Los detractores más radicales se horrorizaban al ver “derrumbarse” el principio del “Padre de la Química” Antoine Lavoisier, descubierto antes por Mijail Lomonosov, de que “la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”.
Lemaitre no se amedrentó, pero se vio obligado a dar maratónicas conferencias para insistir que no pretendía “explotar” la ciencia en beneficio de la religión, porque “estaba firmemente convencido de que ambas tienen caminos diferentes para llegar a la verdad”.
De acuerdo con su interpretación, la narración de la creación hecha en el Génesis no puede explicarse literalmente si se tiene en cuenta que es un relato poético, que utiliza un lenguaje mitológico para mostrar una realidad.
“No se puede reducir a Dios a una hipótesis científica. Si Dios permanece escondido no es porque no exista, sino porque no se identifica con el mundo y porque respeta nuestra libertad”, recalcó.
NO SE AMILANÓ
El astrónomo británico Fred Hoyle, partidario recalcitrante, en ese entonces, de un modelo de universo eterno, acuñó la expresión peyorativa “Big bang” para ridiculizar las ideas desarrolladas por Lemaitre.
Lejos estaba de imaginar el autor de “El Universo inteligente” que esa expresión se usaría hoy, sin connotaciones negativas, para designar una teoría respaldada desde entonces por numerosos hechos experimentales.
Al ver que la publicación de sus trabajos en 1927, sobre la expansión del universo, no encontraba eco en la comunidad científica, recurrió a Einstein, el más grande científico de todos los tiempos.
Lemaitre consiguió hablar con Einstein, quien le comentó sin pelos en la lengua: «He leído su artículo. Sus cálculos son correctos, pero su física es abominable».
El religioso no se amilanó, convencido de que Einstein se equivocaba, se enfrascó en un debate del más alto nivel científico.
En silencio, pero con una firmeza de matemático, Einstein empezó a revisar cada uno de los pasos teóricos de Lemaitre durante varios años, hasta que en 1933 volvieron a encontrarse en Estados Unidos, donde el religioso había sido invitado por Robert Millikan, director del Instituto de Tecnología de California.
EL RECONOCIMIENTO
Einstein reconoció finalmente que el universo está en expansión, pero le dijo que no le convencía la teoría del átomo primitivo, porque le recordaba demasiado la creación, es decir el bíblico Génesis.
A principios de los años treinta se admitía que había galaxias fuera de la nuestra y que el universo se expandía, con lo que se deducían de ello modelos del cosmos en evolución permanente, en el curso quizá de una duración finita.
Lemaitre había avanzado un gran trecho para abrir camino a su teoría del universo en expansión, pero seguía estrellándose contra las preferencias filosóficas de numerosos físicos.
No solo les obligaba a aceptar que el universo tuvo un comienzo, sino también que consistió en un estado de densidad infinita, en una singularidad donde las leyes de la física pierden todo su sentido. Pero ya estaban los primeros pasos hacia la demostración irrefutable del Big Bang e incluso se le relaciona con su visión de lo que se llamaría después “la partícula de Dios”.”
LA NOTICIA DE LA VOTACION DE LA UNION INTERNACIONAL DE ASTRONOMIA
(Tomada y transcrita de ACI Prensa del 05 de noviembre del 2018 en https://www.aciprensa.com/noticias/recomiendan-renombran-ley-hubble-en-honor-a-sacerdote-que-propuso-teoria-del-big-bang-59302)
Recomiendan renombrar Ley Hubble en honor a sacerdote que propuso teoría del Big Bang
“La Unión Astronómica Internacional (IAU por sus siglas en inglés) votó a favor de una recomendación para renombrar la Ley Hubble como la Ley Hubble–Lemaitre, en reconocimiento a las contribuciones del sacerdote y astrónomo belga Georges Lemaitre a la teoría científica de la expansión del universo.
“Para honrar la integridad intelectual y el descubrimiento sumamente significativo de Georges Lemaitre, la IAU se complace en recomendar que la expansión del universo se conozca como la Ley Hubble-Lemaitre”, declaró la asociación el pasado 29 de octubre.
Durante la 30° Asamblea General de la IAU celebrada en Viena (Austria) en agosto, se presentó y discutió la propuesta para cambiar el nombre de la ley con el nombre del sacerdote al que se le considera padre de la teoría del Big Bang.
En un comunicado difundido en su sitio web, la asociación explicó que la iniciativa buscaba “rendir tributo a Lemaitre y a Hubble por sus contribuciones fundamentales al desarrollo de la cosmología moderna”.
También deseaba “honrar la integridad intelectual de Georges Lemaitre que le hizo valorar más el progreso de la ciencia en lugar de su propia visibilidad”.
Los 11 mil miembros de la IAU que podían votar fueron convocados a hacerlo por una vía electrónica el pasado 26 de octubre. En total votaron 4.060 y de este grupo, el 78% aprobó la propuesta, mientras que el 20% la rechazó y el 2% se abstuvo.
Explicaron que esta ley “describe el efecto por el cual los objetos en un universo en expansión se alejan entre sí con una velocidad proporcionalmente relacionada con su distancia”.
El P. Georges Lemaitre, que falleció en 1966, era un físico y matemático al que se le atribuye el desarrollo de la teoría del Big Bang para explicar el origen físico del universo.
En 1930 el P. Lemaitre propuso un modelo de universo denominado el “átomo primigenio” o “huevo cósmico”, que en el futuro sería conocido como Big-Bang.
Su teoría afirma que la historia del universo se divide en tres periodos: el primero es “la explosión del átomo primitivo”, el segundo es el “período de equilibrio o el universo estático de Einstein” y el tercero es el de la expansión.
La IAU señaló en su comunicado que el sacerdote publicó un ensayo en 1927 sobre el ritmo de la expansión del universo, pero “la popularidad limitada de la revista en la que apareció el texto de Lemaitre y el idioma que utilizó hicieron que su extraordinario descubrimiento pasara desapercibido durante mucho tiempo por la comunidad astronómica”.
Destacaron que el P. Lemaitre, miembro de la IAU desde 1925, intercambió opiniones sobre corrimiento al rojo con Hubble durante la 3° Asamblea General de la IAU realizada en Leiden (Holanda) en 1928.
El P. Lemaitre, ordenado sacerdote en 1923, desempeñó distintos cargos en la Academia Pontificia de las Ciencias, fue asesor personal del Papa Pío XII y presidente de esta en 1960.
También recibió el Premio Francqui de manos del rey Leopoldo III de Bélgica en 1934. Falleció el 20 de junio de 1966 a la edad de 71 años.
En un discurso pronunciado en 1979 ante la Pontificia Academia de las Ciencias por la conmemoración del nacimiento de Albert Einstein, San Juan Pablo II citó algunas palabras del P. Lemaitre sobre la relación entre la Iglesia y ciencia: “¿Podría, acaso, la Iglesia tener necesidad de la ciencia? No, por cierto; la cruz y el Evangelio le bastan. Pero al cristiano nada humano le es ajeno. ¿Cómo podría desinteresarse la Iglesia de la más noble de las ocupaciones estrictamente humanas, la investigación de la verdad?”
En una conferencia pronunciada en el año 2016 en el Vaticano, el científico británico Stephen Hawking afirmó que “Georges Lemaitre fue el primero en proponer un modelo en el que el universo tuviera un comienzo infinitamente denso. Así, pues, él y no George Gamow es el padre del Big Bang”.
El pasado 17 de julio, Google dedicó un doodle al P. Georges Lemaitre con ocasión del 124° aniversario de su nacimiento.”
DECLARACION APROBADA POR LA IAU
(Traducción libre de los Autores de la versión en inglés publicada en https://www.iau.org/static/archives/announcements/pdf/ann18029e.pdf)
La XXX Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional
Considerando:
Resuelve:
JSS/JSS
13-11-18
DETALLES DE LA OBRA CIENTIFICA DEL PADRE LEMAITRE
Se puede dejar que los mismos Jesuitas expliquen quien fue el Padre Georges Lemaitre, sacerdote jesuita, transcribiendo el post titulado: “Olvidado jesuita es el verdadero padre del Big Bang” publicado en setiembre 2013 en el blog Infiltraciones Jesuitas (Ver http://infiltracionesjesuitas.blogspot.com/2014/01/olvidado-jesuita-es-el-verdadero-padre.html).
“Georges Lemaitre se enfrentó a Einstein, quien terminó apoyándolo y reconociendo “la partícula de Dios”
La edad del Universo, fijada en 13.700 millones de años, habría sido imposible de establecer por la ciencia en tan corto tiempo de no ser por la teoría del Big Bang, la Gran Explosión, del astrónomo y sacerdote belga Georges Henry Lemaitre, quien esbozó esta visión revolucionaria entre 1927 y 1931.
Todo el mundo tiene referencias de Galileo, Newton y Einstein o por citar en nuestra época a Carl Sagan y Stephen Hawking, pero pocos han oído hablar de Lemaitre, el pionero de las teorías actuales sobre el origen del universo, quien llegó a este camino no por razones religiosas, sino buscando explicar la expansión de las galaxias.
Paradójicamente, su teoría fue designada peyorativamente como Big Bang por el astrónomo británico Fred Hoyle con el ánimo de ridiculizarlo, sin imaginar que ese nombre pasaría a la posteridad como la clave en la búsqueda del origen del universo.
La teoría del Big Bang se atribuye generalmente a Albert Einstein, quien fue el principal detractor de Lemaitre hasta que, años después, comprobó que el religioso belga había acertado en los cálculos astronómicos, de alta complejidad, y juntos profundizaron las investigaciones.
EL UNIVERSO EN EXPANSIÓN
La aventura científica del sacerdote jesuita empezó cuando el astrónomo estadounidense Edwin Powell Hubble (1889-1953) descubrió corrimiento al rojo de galaxias distantes, lo que significaba que se alejaban y, por lo tanto, no existía un Universo estable.
Sus estudios lo llevaron a señalar que la totalidad del universo comenzó a partir de un solo “átomo primigenio”, lo que constituye la primera versión de lo que ha llegado a ser la teoría actual del Big Bang.
Einstein menospreció el modelo de Lemaitre, como hizo con todos los modelos en los que el universo se expandía, pero el religioso belga lo demostró, basándose en la ley universal de la termodinámica y el principio de la entropía, por lo que al final tuvo que admitir que podía tener razón.
Su hipótesis no fue bien recibida por la comunidad científica, debido a que en esos momentos casi todas las teorías sobre el movimiento celeste defendían la concepción de un universo inmutable y eterno.
GRAN EXPLOSIÓN DIVINA…
El trasfondo del debate era que la idea de una Gran Explosión como origen del universo se rechazaba porque, de acuerdo con los genios de la astronomía, era una estrategia de Lemaitre para introducir la creación divina en la ciencia.
No se discutía si la hipótesis del átomo primitivo era una intuición física o más bien una teoría rigurosamente elaborada: se la rechazaba frontalmente.
Los detractores más radicales se horrorizaban al ver “derrumbarse” el principio del “Padre de la Química” Antoine Lavoisier, descubierto antes por Mijail Lomonosov, de que “la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”.
Lemaitre no se amedrentó, pero se vio obligado a dar maratónicas conferencias para insistir que no pretendía “explotar” la ciencia en beneficio de la religión, porque “estaba firmemente convencido de que ambas tienen caminos diferentes para llegar a la verdad”.
De acuerdo con su interpretación, la narración de la creación hecha en el Génesis no puede explicarse literalmente si se tiene en cuenta que es un relato poético, que utiliza un lenguaje mitológico para mostrar una realidad.
“No se puede reducir a Dios a una hipótesis científica. Si Dios permanece escondido no es porque no exista, sino porque no se identifica con el mundo y porque respeta nuestra libertad”, recalcó.
NO SE AMILANÓ
El astrónomo británico Fred Hoyle, partidario recalcitrante, en ese entonces, de un modelo de universo eterno, acuñó la expresión peyorativa “Big bang” para ridiculizar las ideas desarrolladas por Lemaitre.
Lejos estaba de imaginar el autor de “El Universo inteligente” que esa expresión se usaría hoy, sin connotaciones negativas, para designar una teoría respaldada desde entonces por numerosos hechos experimentales.
Al ver que la publicación de sus trabajos en 1927, sobre la expansión del universo, no encontraba eco en la comunidad científica, recurrió a Einstein, el más grande científico de todos los tiempos.
Lemaitre consiguió hablar con Einstein, quien le comentó sin pelos en la lengua: «He leído su artículo. Sus cálculos son correctos, pero su física es abominable».
El religioso no se amilanó, convencido de que Einstein se equivocaba, se enfrascó en un debate del más alto nivel científico.
En silencio, pero con una firmeza de matemático, Einstein empezó a revisar cada uno de los pasos teóricos de Lemaitre durante varios años, hasta que en 1933 volvieron a encontrarse en Estados Unidos, donde el religioso había sido invitado por Robert Millikan, director del Instituto de Tecnología de California.
EL RECONOCIMIENTO
Einstein reconoció finalmente que el universo está en expansión, pero le dijo que no le convencía la teoría del átomo primitivo, porque le recordaba demasiado la creación, es decir el bíblico Génesis.
A principios de los años treinta se admitía que había galaxias fuera de la nuestra y que el universo se expandía, con lo que se deducían de ello modelos del cosmos en evolución permanente, en el curso quizá de una duración finita.
Lemaitre había avanzado un gran trecho para abrir camino a su teoría del universo en expansión, pero seguía estrellándose contra las preferencias filosóficas de numerosos físicos.
No solo les obligaba a aceptar que el universo tuvo un comienzo, sino también que consistió en un estado de densidad infinita, en una singularidad donde las leyes de la física pierden todo su sentido. Pero ya estaban los primeros pasos hacia la demostración irrefutable del Big Bang e incluso se le relaciona con su visión de lo que se llamaría después “la partícula de Dios”.”
LA NOTICIA DE LA VOTACION DE LA UNION INTERNACIONAL DE ASTRONOMIA
(Tomada y transcrita de ACI Prensa del 05 de noviembre del 2018 en https://www.aciprensa.com/noticias/recomiendan-renombran-ley-hubble-en-honor-a-sacerdote-que-propuso-teoria-del-big-bang-59302)
Recomiendan renombrar Ley Hubble en honor a sacerdote que propuso teoría del Big Bang
“La Unión Astronómica Internacional (IAU por sus siglas en inglés) votó a favor de una recomendación para renombrar la Ley Hubble como la Ley Hubble–Lemaitre, en reconocimiento a las contribuciones del sacerdote y astrónomo belga Georges Lemaitre a la teoría científica de la expansión del universo.
“Para honrar la integridad intelectual y el descubrimiento sumamente significativo de Georges Lemaitre, la IAU se complace en recomendar que la expansión del universo se conozca como la Ley Hubble-Lemaitre”, declaró la asociación el pasado 29 de octubre.
Durante la 30° Asamblea General de la IAU celebrada en Viena (Austria) en agosto, se presentó y discutió la propuesta para cambiar el nombre de la ley con el nombre del sacerdote al que se le considera padre de la teoría del Big Bang.
En un comunicado difundido en su sitio web, la asociación explicó que la iniciativa buscaba “rendir tributo a Lemaitre y a Hubble por sus contribuciones fundamentales al desarrollo de la cosmología moderna”.
También deseaba “honrar la integridad intelectual de Georges Lemaitre que le hizo valorar más el progreso de la ciencia en lugar de su propia visibilidad”.
Los 11 mil miembros de la IAU que podían votar fueron convocados a hacerlo por una vía electrónica el pasado 26 de octubre. En total votaron 4.060 y de este grupo, el 78% aprobó la propuesta, mientras que el 20% la rechazó y el 2% se abstuvo.
Explicaron que esta ley “describe el efecto por el cual los objetos en un universo en expansión se alejan entre sí con una velocidad proporcionalmente relacionada con su distancia”.
El P. Georges Lemaitre, que falleció en 1966, era un físico y matemático al que se le atribuye el desarrollo de la teoría del Big Bang para explicar el origen físico del universo.
En 1930 el P. Lemaitre propuso un modelo de universo denominado el “átomo primigenio” o “huevo cósmico”, que en el futuro sería conocido como Big-Bang.
Su teoría afirma que la historia del universo se divide en tres periodos: el primero es “la explosión del átomo primitivo”, el segundo es el “período de equilibrio o el universo estático de Einstein” y el tercero es el de la expansión.
La IAU señaló en su comunicado que el sacerdote publicó un ensayo en 1927 sobre el ritmo de la expansión del universo, pero “la popularidad limitada de la revista en la que apareció el texto de Lemaitre y el idioma que utilizó hicieron que su extraordinario descubrimiento pasara desapercibido durante mucho tiempo por la comunidad astronómica”.
Destacaron que el P. Lemaitre, miembro de la IAU desde 1925, intercambió opiniones sobre corrimiento al rojo con Hubble durante la 3° Asamblea General de la IAU realizada en Leiden (Holanda) en 1928.
El P. Lemaitre, ordenado sacerdote en 1923, desempeñó distintos cargos en la Academia Pontificia de las Ciencias, fue asesor personal del Papa Pío XII y presidente de esta en 1960.
También recibió el Premio Francqui de manos del rey Leopoldo III de Bélgica en 1934. Falleció el 20 de junio de 1966 a la edad de 71 años.
En un discurso pronunciado en 1979 ante la Pontificia Academia de las Ciencias por la conmemoración del nacimiento de Albert Einstein, San Juan Pablo II citó algunas palabras del P. Lemaitre sobre la relación entre la Iglesia y ciencia: “¿Podría, acaso, la Iglesia tener necesidad de la ciencia? No, por cierto; la cruz y el Evangelio le bastan. Pero al cristiano nada humano le es ajeno. ¿Cómo podría desinteresarse la Iglesia de la más noble de las ocupaciones estrictamente humanas, la investigación de la verdad?”
En una conferencia pronunciada en el año 2016 en el Vaticano, el científico británico Stephen Hawking afirmó que “Georges Lemaitre fue el primero en proponer un modelo en el que el universo tuviera un comienzo infinitamente denso. Así, pues, él y no George Gamow es el padre del Big Bang”.
El pasado 17 de julio, Google dedicó un doodle al P. Georges Lemaitre con ocasión del 124° aniversario de su nacimiento.”
DECLARACION APROBADA POR LA IAU
(Traducción libre de los Autores de la versión en inglés publicada en https://www.iau.org/static/archives/announcements/pdf/ann18029e.pdf)
La XXX Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional
Considerando:
- Que el descubrimiento de la aparente recesión de las galaxias, que se conoce como la Ley de Hubble, constituye uno de los hitos de la astronomía en los últimos 100 años y puede ser considerado como uno de los pilares de la moderna cosmología.
- Que el astrónomo belga sacerdote George Lemaitre publicó en 1927 un artículo en francés titulado “Un Univers homogene de masse constante et de rayon croissant rendant comple de la vitesse radiale des nebuleuses extra galactiques”. En este artículo el padre Lemaitre redescubre primero la solución dinámica de Friedmans a las ecuaciones generales de relatividad de Einstein que describen un universo en expansión. También desarrolla que la expansión del universo implica que los espectros de galaxias distantes se corren hacia el rojo por una cantidad que es proporcional a su distancia. Finalmente, el padre Lamaitre empela data publicada de las velocidades y distancias fotométricas de las galaxias para derivar la velocidad de expansión del universo (asumiendo la relación lineal que había encontrado en base a cálculos teóricos).
- Qué en la época de la publicación, la limitada popularidad del Journal en el cual el padre Lamaitre había publicado su artículo (paper), así como el idioma empleado había ocasionado que su importante descubrimiento fuera básicamente imperceptible para la comunidad de astrónomos.
- Que ambos, el padre Georde Lamaitre (Miembro de la IAU desde 1925) y el astrónomo norteamericano Edwin Hubble (Miembro de la IAU desde 1922) asistieron a la 3 Asamblea General de la IAU en julio de 1928 en Leiden e intercambiaron opiniones acerca de la importancia del corrimiento al rojo versus la data de distancias observadas de la nebulosa galáctica con relación al emergente modelo sobre la evolución del universo.
- Que Edwin Hubble había publicado en 1929 un artículo titulado “A Relation between Distance and Radial Velocity among Extra Galactica Nebulac” en la cual el propone y deriva una relación entre la velocidad lineal y la distancia entre las galaxias que finalmente incluye data de velocidad; esto último lo publica en 1931 en un artículo desarrollado en conjunto con Humason. Poco después de la publicación de estos artículos, entre la comunidad científica la expansión infinita del universo empezó a llamarse Ley de Hubble.
- Qué, en 1931, por invitación del Journal of Monthly Notice de la Real Academia de Astronomía George Lemaitre tradujo al inglés su artículo original de 1927, omitiendo de manera deliberada la sección en la cual deriva la velocidad de la expansión debido a que no encontró recomendable reimprimir su discusión provisional acerca de las velocidades radiales que el entendía ya no eran de interés y también omitió la nota sobre geometría que podría ser reemplazada por una pequeña bibliografía antigua y moderna sobre el tema.
- Rendir tributo a ambos George Lemaitre y Edwin Hubble por sus contribuciones fundamentales para el desarrollo de la moderna cosmología.
- Honrar la integridad intelectual de Georges Lemaitre que hacía que para el valiera más el desarrollo de la ciencia que su propia visibilidad.
- Reconocer y enseñar al mundo el rol de la Asamblea General de la IAU promoviendo intercambios de puntos de vista y discusiones internacionales.
- Informar a los futuros discursos científicos con hechos históricos.
Resuelve:
- Recomendar que a partir de ahora la expansión del universo sea llamado al Ley Hubble – Lemaitre.
JSS/JSS
13-11-18